Era una noche como esta,
no había ni una estrella,
todas parecían asustadas
y de ella se ocultaban.
Era como un lucero gigante,
un haz de luz majestuoso
posado sobre sus ojos
que embelesaban y volvían locos.
La luna la mostró a ella,
no digo que fuera perfecta
mas era sumamente bella,
la magia de esa noche hizo que en mí se volviera eterna.
Ahora sin miedo pasea,
y yo la observo detrás de estas rejas
ya que por su culpa hoy en mi corazón cumplo condena
pues fue por ella por quien perdí la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario