Intenta no respirar...
Tenía ante sus ojos el coloso de Rodas reconstruido, ligeramente diferente, pero no importaba, vio sus cuencas vacías llenas de orgullo y egoismo, y sintió deseos de derribarlo a puñetazos. Una lágrima descendió por su cara, se dio cuenta que estaba delante de su propio espejo.
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