Tuve el acierto de mil historias en la mano,
tuve la caricia del amor más sincero entre los brazos,
tuve el destello de la estrella que más brilla,
tuve el calor de las alabanzas en el espejo de algo que nunca sería.
Podría decir las frases detonantes,
podría gritar las palabras sobrantes,
podría sentarme y mil horas escucharte
y a oscuras sin moverme observarte.
Tendría la luna alumbrando mis pasos,
el viento aplaudiendo escondido
y los árboles sobre mi destino susurrando
por todos mis hechos más divertido.
La insensatez entre mis labios,
y la pérdida de tiempo en tus actos,
tu silencio, sin quererlo, otorgando,
y mis gritos de desespero callados...
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