Sentir el viento helado
y la caricia del calor,
tocando las yagas de mi corazón
y provocando la locura de la que soy presa.
Asfixiada y sin aliento,
arrodillada de pura desesperación,
extenuada de este deseo,
caigo a tus pies rompiendo mi promesa.
En la sangre el veneno
corrompe mis pensamientos
y ellos envenenan
hasta la más dulce de mis risas.
La repulsión en tu ver
y la rabia en mi piel,
la pena en tus palabras
y la impotencia en mi mirada
Las piernas levantadas
y las manos sudadas
recuerdan a mi última palabra.
Los labios sellados
y el dolor a mi lado
dejándome la voz encerrada
y la esperanza de una vez ahogada y sepultada.
Me vas a destruir, me voy a maldecir hasta el fin de mis días...
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