si no vienen de la calle de la desolación!
El mundo parecía consumirse bajo sus pies
caminaban perdidos, pero seguros de si mismos,
no más de un par de horas en ningún lugar
no más de un par de minutos sin correr...
Se encontraban con toda clase de especies
los intentaban detener retos y acertijos
nunca lo conseguían, nadie podía ya detenerles.
Mostraron sorpresa y tristeza
delante de los edificios hechos añicos,
se mostraban corteses
delante de sus innumerables enemigos.
Cogieron las baquetas y golpearon las cuerdas,
al fin entendieron ese caprichoso destino
los había convertido en inseparables amigos.
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