Tantas noches nos encontramos
en la penumbra de aquel páramo
tan lejano de todo lo que amamos.
Como la espina en la rosa
uña y carne destinadas,
lejanas del verdadero destino
que respiraba en nuestra espalda.
Nos escondimos de él
y él siempre nos encontraba
lo enfrentábamos cada vez
sin percatarnos de las heridas en nuestra piel.
Nunca llegó, nunca nos cogió,
pero sin embargo lo consiguió,
al final pudo rompernos en dos.
This is the price...
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