Un espejismo precioso
inundó mis ojos
se extendía como la brisa
más allá de lo que alcanzaba mi vista.
Un precioso lago
de aguas cristalinas
y solo probé un maldito trago
para volverme adicta.
Tormentas lo arremeten
toda la fauna está inerte
sin lugar que para protegerme
en este paraíso de infieles.
En la calma, los árboles seguirán creciendo
igual que las aguas fluyendo,
no, nada se detendrá
aunque yo haya muerto por este paraíso de sal.
Ojalá existiera un lugar donde perderse de esta forma...
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