Pasear por los mismo rincones
sin pensarlo, sin meditarlo,
y llegar al mismo marco
que rebaja mis pasiones.
Nada en especial, nada peculiar,
solo un recuerdo infantil
simple y pueril
que siempre me consigue atrapar.
Solo un árbol, un simple banco
alejados de todo lo real
que produce mi pensar desquiciado.
No es comparable al mar
o a las montañas de antaño,
solo es un pequeño sitio donde estar en paz.
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