Sentirse totalmente culpable
cuando tu sonrisa consume
y prendes con tu perfume
haciéndome más vulnerable.
Abres la caja de sueños
y dejas libre la devoción
el anhelo de mi corazón
cubierto de muros caleños.
Sobria mi merced
lo quiere de ti todo
perdiéndose por los recodos
que pertenecen a tu red.
Vendavales que azotaron tu cabello
sirvieron de guía para no perderte
aunque aún recuerdo aquel momento
fugaz, distante, lejano, aún bello.
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