Desnudez, impotencia de un suspiro
que esconde un llanto decaído,
solitario, triste, aunque decidido.
Sencillo, desprovisto de acertijos,
resuena en el aire aún el sentido
la profecía, la sentencia de lo prohibido.
Agrio, rancio, amargo,
se escurre por los labios,
agridulce, salado,
gotas de daño involuntario.
Veneno, hiel escarchada
arde desde el pecho hasta las entrañas
devorando la emoción enjaulada
y consumiendo la poca vida que quedaba.
¿Y qué es lo que esperabas? Maldita niña estúpida.
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