Mundos fríos, desolados,
calientes, de dulce agonía
deshecha de tantas vidas.
Rehuyen de medidas
y se escapan por los lados
del cuento enterrado.
Derivas indiscretas y yertas
en un camino marcado
de compases dados
a los momentos y a las rectas
de las carreras eternas
y de muertas esperanzas
en destinos grandiosos de palabras,
pero que conservan la meta.
de las carreras eternas
y de muertas esperanzas
en destinos grandiosos de palabras,
pero que conservan la meta.
Y nadie propone más salida
que el propio desgaste de los días
dados en las mismas derivas
que prometían a pies juntillas.
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