Da la sensación
de que sigo
en la línea roja
que separa
lo admisible
de lo
in-admisible
(Borde
que produce
temor y excitación
a la vez).
Sin caminos que recorrer.
Dos vidas y una sola meta
(Millones de vidas
condenadas a ese mismo instante),
siguiendo con la estupidez:
odiándonos, rabiando e ignorando
lo que se esconde tras
miradas distraídas.
Obviando
quien aguarda
detrás de todas las mentiras
que solo sirven para volver a
soñar
sin ser profesionales
construyendo
castillos en el aire
"¿Se habrá dado cuenta?"
(Maldita sea)
Sin quedar nada, por cierto,
de lo que percatarse.
PD: Y lo deja todo yermo oscuro y en el borde del desastre.
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