Nadie lo dijo
pero nadie
se atreve,
la sencillez
a veces
es insoportable.
El justo medio
hace tiempo que
se aprendió
que nunca iba a ser
posible.
Dicen
"te quiero"
y yo solo siento
el peso
de los gritos.
Quiero, pues,
dejar constancia
de mi desnatura:
soy quien soy
por el hierro candente
que llevo en el pecho.
Nos creímos a salvo
¿De qué?
¿Del terror de años
en una habitación "cuatro por cuatro"?
La habitación, escucha, se lleva siempre dentro.