Son
líneas
paralelas.
El mismo
sitio,
el mismo
tacón,
la misma
mirada,
los mismos
suspiros.
Pero el contexto
siempre es
diferente:
una saluda a los nuevos,
la otra es bienvenida
a algo más grande.
Queda, solo,
el último rescoldo
de la vez
anterior
(perfectamente
manipulable).
Se ha corrompido;
todo
ha acabado por
revolverse y gritar
sobre sus propias tumbas:
el tiempo
es una putada.
No será, ni era, ni es:
3 formas de decir
lo mismo;
(vuelva a la segunda estrofa).
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