Yo escogí la ambigüedad, tú el fantasma y lo real... ya sabes, todo en el mismo barco.
Las ondas del calor
que se esparce por el aire,
preparan los lápices
y secundan la única emoción.
Encontrarse delante, frente a frente
miradas que se desvían
a tus piernas infinitas,
cansada de añorar lo que no tiene.
Divagar por los lugares que conocemos
el ciclo de "quiero y no puedo"
de "no lo tengo, pero no dejaré que acabe".
Abriendo compuertas para no imaginar
cerrando diarios para no volver atrás,
respirando lentamente, sin querer ahogarse.
No respires.
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