lunes, 7 de mayo de 2012

Reflexiones y etc.

   Resbalando por los acertijos de esta incierta vida, me encuentro ante una de las mayores putadas (y no pido perdón, porque la situación merece la palabra) que se han dado en esta nuestra historia democrática. Tenemos delante de las narices las puertas de la privatización y no somos capaces de protestar, solo un poquito, para intentar frenar sus intenciones. No, no protestamos, asistimos al funeral de nuestra sociedad del bienestar aplaudiendo y llorando antes de que ésta haya caído del todo. Nos revolcamos en nuestra propia agonía, viviendo de forma depresiva nuestro día a día resignados a nuestro inminente destino.
   Pero claro, ¿Qué podemos hacer? ¿Huelgas? ¿Manifestaciones? ¿Para qué? Si por mucho que nos movilicemos o que mostremos nuestro enfado ellos siguen enfundados en sus trajes de seda y acicalándose las corbatas. No se ahorcarán con ellas, no.
   La resignación no es la solución y nunca la fue, pero esta situación se ha dado gracias a esos "votantes desconocidos" de los que hablé hace algo de tiempo. Gente a la que han sorbido el cerebro y que solo es capaz de votar a dos PEQUEÑOS partidos o a la que le importa más bien una mierda lo que ocurra a su alrededor.
     ¿Queríais subida de impuestos? Aquí la tenéis. ¿Queríais rescate de bancos con dinero público a costa del de sanidad o educación? Dos tazas (Me remito a hoy mismo con el "rescate de Bankia", aunque el estado se convierta en supuesto accionista del banco) ¿Queríais más libertad para las empresas y formas más fáciles de despedir a los trabajadores? Aquí está. (Echad un vistazo a la reforma laboral). Y no os preocupéis, pues tan solo llevamos seis meses con estas aves carroñeras. O debería decir carroñeras y listas, pues sabían bien lo que se hacían en sus anteriores legislaturas (1996-2004). Claro, uno recoge lo que siembra. Y en este caso, han sembrado de maravilla.
   Dejándome ya de teorías maquiavélicas como diría una conocida mía, solo quiero recordar que no estoy a favor realmente de ningún partido político, aunque me considere más de izquierdas. Tanto los dos partidos que han mandado en esta época de crisis han sido igual de ineficaces como de desvergonzados. Solo recordar una cosa a la poca gente que me lea, recordad lo que ha costado conseguir una seguridad social, una educación pública, unos derechos laborales, un pensamiento libre, una calidad de vida. Todo éso se perderá en un par de años si las cosas no cambian. Si nosotros no cambiamos.
 

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