Ver tu sonrisa es un soplo de aire...
Se descuentan mis latidos
y se aceleran por tus curvas,
desde donde empieza mi locura
hasta donde acaban tus sentidos.
Se muestra tal y como ha sido
sin tener en cuenta la tortura
que sometes a mi cordura
cuando recorro tus vestigios.
Me quema hasta perder la cabeza
cuando recuerdo, demencialista,
esta historia surrealista
que me retuerce hasta estremecer.
No es tu cuerpo de princesa
y sin embargo es mi delirio
el contrasentido de lo prohibido
el deseo que arde por mis venas.
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