Pedregoso camino que me impregna
que atrapa todos mis sentidos
perdidos cuando te me acercas.
Nervios y tonterías de niñez,
me desprendo de los motivos
y caigo a tus malditos pies.
Sueño con la luna y tus pieles
me acuerdo de todas tus miradas
de tus palabras jamás pronunciadas
deliciosas que siempre me hieren.
Estoy contando los meses
ahogando mis gritos en la almohada
imaginando tus caricias complicadas
que acabarán al final por romperme.
¡Qué su mirada es un tiro de sal al que osé llorar
en el bosque frutal de su libertad y de mi soledad.!
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