Down with the sickness.
Demasiadas veces se pierde el control
de lo que sucede en un día normal
y encuentras cualquier palabra visceral
aunque no tenga ninguna intención.
Se vuelve a incurrir en la medida terminal
de lo que se dijo, dijimos o tal vez no
pero sí fue como algo sin valor
lejos de ser cierto y de esta maldita realidad.
Protesta aún el mismo reloj
pero no queda nada de aquellas horas
tan magníficas, macabras y llenas de temor.
Desciende hasta el más recóndito rincón
y te encuentra atrapada en una horca
que tiene su cuerda al límite de la tensión.
-¡Aléjate querida mía!
-¡Yo no te amo!
-Razón de más, ¡Largo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario