Dejé cualquier cosa que fue en el suelo
y tan solo me quedé con la vana esperanza,
nefasta y ya demasiado desgastada,
de que cambiase lo que una vez llegó a ser.
De repente me reencontré el temor
buscando el viejo detonador
que encendía el maltrecho motor
que me llevó a aquella pequeña destrucción.
Había demasiadas balas en mi mente lúgubres
De repente me reencontré el temor
buscando el viejo detonador
que encendía el maltrecho motor
que me llevó a aquella pequeña destrucción.
Había demasiadas balas en mi mente lúgubres
y los dedos me acusaron de nuevo
a pesar de contener siempre el aliento
Supe pronto cual era el disparo certero
que acabaría en aquel funesto entierro
al que solo asistieron las palabras y una simple macha fúnebre.
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