"¿Por qué?" La pregunta siempre se repite en tu cabeza y no piensas en otra cosa. Solo te interesa encontrar la maldita respuesta y dejar que los interrogantes se marchen de una puta vez. Conoces y sabes la mayoría de las cosas que suceden, o que has visto al menos. Reconoces que solo sigues por tu extrema cabezonería y que la asfixia que sientes es totalmente insípida. Susurras "Si no vas a salvarme..." y tu mente te frena a pronunciar lo que continúa, pues sigues impidiéndote darle un final.
Dijeron que las mentiras sabían mal
y que lo que se escondía era peor
que lo que mostraba el simple exterior.
Decían que la verdad llega a purificar
hasta la saliba corrompida por el imaginar
y por las cosas que dijiste deseando otra realidad.
Lo intentaste, pero quisiste aún más
te abandonaste, te interrogaste, sucumbiste
dijiste que no, e incluso mentiste
para dejarte sin camino por el que continuar.
Ruegas, preguntas, destrozas las oraciones
estás harta de que nadie tenga los cojones
para dejar los jodidos rincones
y enfrentarse de una maldita vez a lo que es real.
"...Por favor, no malgastes mi tiempo."
Ya sabes, Greta, algunas veces nos dejamos ver
sin saber realmente si lo queremos hacer.
Ya sabes, Greta, algunas veces nos dejamos ver
sin saber realmente si lo queremos hacer.
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