y cuando el cansancio dio paso al sueño
no vi como el desastre se acercaba.
Te veo demasiadas veces
mientras hablo con la luna
paseando por mi acera
de cavilaciones absurdas.
Marea, demasiado traicionera,
y tus ojos mostrando su inocencia,
me arrastran hasta el epicentro de la tormenta
de tu maldita e insustancial belleza.
Para qué interesarse en el habla de la estrella
si todo lo que dice siempre acaba en ella,
No tiene otro interés, ni siquiera otra meta.
Qué sentido tiene su presencia
si por más que busque una vía alterna
todo se resume a su ausencia.
-Prepotente, ¡Qué altiva!
¿Una "forastera"? ¡Dios me libre!
Tan banal, tan insustancial,
absolutamente absurda mi vida.
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