¿Y cómo se siente? ¿Qué debería sentir, que debería pasar por mis pensamientos? Y es que no queda ni una puta respuesta para nada. Soy lo que soy, al igual que tú eres lo que eres y ella, muy a mi pesar, ha hecho, de nuevo, lo que le ha dado la gana de mí.
Como si se tratara de un macabro plan, de una jugada maestra... Cuando en realidad todo es producto de una casualidad cruel que no deja de ser tan sorprendente como detestable.
Que así sea pues...
Y aún sigo buscando el maldito motivo...
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