El telón llama mi nombre.
Cuenta la leyenda,
que ella jamás se dio cuenta,
que nadie se dio cuenta,
que ella no se dio cuenta,...
Uno, dos.
estás, vuelves, me entrecorto.
no puedo creerlo, no quiero hacerlo
"Otra vez".
Tres,
no ver tus ojos
es así,
siempre es el celo.
El que suspira, la rima
que se estanca pensando en
todo lo que no
en todo lo que,
en todo lo que no...
Es difícil pronunciarlo
difícil, quiero decirlo,
y no puedo,
tu nombre es un puto tabú.
No me queda sensibilidad,
no sé cómo, no sé cómo lo haré.
Me gusta escribir,
pero,
qué más da.
Se acaba, al fin, se termina,
se termina,
es un maldito the end.
El final,
el último cuchillazo
la última cicatriz
de arriba abajo y la definitiva.
Que la sangre corra,
que mis manos se tiñan.
Soy, ahora más que nunca,
la eterna fatalista.
Y lo sé, demasiado bien lo sé:
no me vas a extrañar.
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