Gotas, resbalan por el cemento
dejándose arrastrar por el aire
a través del suelo.
Gotas, se atascan en la garganta
y se quedan bajo la piel
que ni las protege, ni tiene (ya) interés.
Gotas, tratan de hacerse de notar
en un ambiente desinteresado
de historias rancias o del pasado
(ni me acuerdo)
y que no tienen más líneas para otro final.
Gotas y gotas, lágrimas perdidas
cuando las manos buscan y abren heridas
que se gangrenan con sonrisas vacías
y que, en definitiva, falsean sin remedio cada
caricia.
Que si "yerro", que si "me equivoco"
que si "ya no tengo ganas".
Son todas ellas palabras desgastadas
que se vuelven susurros de versos macabros antes de dejarse hacer, como siempre, por la almohada.
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