Pulso a pulso
repiquetea
clamando
ser
saciado.
Extendiendo
manos y
piernas:
hasta
hundirse.
Como si el ritmo
no dejase
respirar
de
un
golpe.
Como si el propio
ruido
se estirara
hasta reducir
el éxtasis
a la mínima
expresión.
Una mota de polvo
que recuerda
aquello
que siempre
se espera:
"breve
leve
son".
El compás no se marca:
viene dado
(antes de empezar).
PD: El dominio del blog ha cambiado desde hoy. Gracias a todos.
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