La angustia
se extiende
desde el pecho
hasta la garganta.
Se conjugan días
que son
absolutamente
asfixiantes:
el debate de lo que
no puede dejar
de estar bien
y lo que moralmente
importa un pito.
Porque todo
parece estar
en pleno
proceso
de
desmoronarse:
Solo los necios
siguen con esperanza de que
todo cambie
(algunos
brindan por un nuevo
cambio
en su discurso:
antes eran ellos,
ahora
lo siguen siendo,
pero menos).
Somos necios,
sí,
lo somos.
Que "ellos"
nos guarden.
Más y más
dando el ejemplo
de que siempre
se puede joder
mucho más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario