A veces
desparecen
telas que
cubren
frases sin
pudor.
Atragantándose
y
refiriendo las últimas palabras
que nunca tuvieron
demasiado que ver.
Como un foso
que se va abriendo
en forma de
garganta ahogada.
Ya no me salen
casi
ni las palabras;
será cuestión de
empezar a madurar.
Como si la vejez
se midiera en sílabas:
"diga menos,
resígnese más".
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