A veces
el final
oscila entre
tristeza y
felicidad.
Se vuelve otro
"día raro"
que compensa
prácticamente
todo lo anterior.
A pesar de
las mil y una
incógnitas que
se convierten en vicios
auto-complacientes;
nos acostumbramos
a ello.
Demasiados frentes
que se acaban cerrando;
resignados, olvidados,
dispuestos en
círculo inconsciente
a punto de despegar.
A veces
el pasado vuelve
para reconciliarte con otro
(aun sin nada que ver)
y recordarte
que no hay nada más precioso
que el hecho de que
se acuerden de ti.
Quedan muchos regalos
aún en el tintero.
Gracias y
feliz Navidad.
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