Encontrarse cautiva en los ratos juntas
extender las alas como signo de despedida
y ver, que realmente, la relación estaba perdida.
Nos miramos a los ojos
lo entendimos al instante
nos crucificamos
había bastante.
Era momento de creer,
la salida se hacía espesa
pero tú no me seguiste
aunque yo siempre te esperé.
Y parecía que podíamos comernos el mundo
en la eterna historia de mentira o verdad,
pero al final todo se quedó mudo
nadie ahora nos seguirá.
Deja que ahora arda todo ante tus ojos
luego me lo agradecerás.
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