Morirán los abismos que se abrieron entre las dos pero sé que
no conseguiré cruzar ese precipicio.
El sonido, el último suspiro
las consecuencias derivadas
o el simple hecho de que respiro
es suficiente para mostrarme cansada.
Exhalo por mis sentidos
e inhalo todo cuanto ella es
en un repetitivo círculo
que no me permite respirar bien.
Sus tallos son hermosos
y sus carreteras infernales
haciendo que mis intentos por acercarme
caigan por debajo de sus ojos.
La sonrisa al verla
siempre en mí reflejada
y mis ya repetidas palabras
solo muestran mi anhelo por tenerla.
Por anhelo que no sea
ResponderEliminardesear lo indeseable
Si su espalda nos bloquea
y su pulso no flaquea
sufrirá, vos no lo quiera
un cariño detestable.
Es cuestión, señor forastero,
Eliminarde que se busque un nombre
para que sus rimas y versos
tengan firma que le honre
pues es curioso lo que dice
y me atrevo a decirle,
si usted me lo permite,
es mejor que lo que una escribe.
Por poder, yo no pudiera
ResponderEliminarestampar mi garabato
y es un hecho ante cualquiera
aun queriendo, no lo quiera
mi arte menor desato
regalando este relato
a la única y verdadera
con tales dotes de arquera
que con flecha de oro hiera
cometiendo asesinato.
No eran mis flechas, ni en mis ballestas,
Eliminarpues ya no quedan en el carcaj,
y aún cuando las llevaba detrás
no era oro lo que las hacía eternas.
Más bien era sustancia impura
extraña, creída, ufana
lo que cubría aquellas puntas.
Las Puntas que me envenenaban
y tenían por presunta
mi propia corrompida espada.
Arte menor es lo que me decís
y yo me río, pero no de usted
pues sería hipócrita mi merced
al no honrar la espada que vos blandís.