martes, 28 de junio de 2011

Don't cry...

Sintió por un momento que las costillas se le expandían, como las venas palpitaban y sus párpados parpadeaban de manera automática. Su respiración, fuerte y contundente, la preparaba para lo que estaba por venir...

En la caja escondía
todo cuanto la consumía,
en la caja encerraba
sus peores retratos.

En el trastero guardaba
las memorias de su diario,
en el trastero encadenaba
el presente odiado.

En las mañanas se levantaba,
de nuevo con la máscara en su cara,
un día más de actuación.

Sus relatos ocultaba,
disfrazaba e interpretaba,
nadie la podía reconocer.

Entre metáforas se perdía,
y en sus pasos no se distinguía
el recuerdo del ayer.

Un signo de interrogación
pintado en la pared,
de nuevo la exclamación
al no saber que responder.

miércoles, 8 de junio de 2011

Estrellas

Tomé de mis riendas
la cuerda que me ataba
para sujetarme de pie
y permanecer sin ellas

¿Dónde fueron las estrellas?
¿Dónde fue su resplandor?
¿Dónde fue su guía precisa
cuándo lo reclamaba el corazón?

Cuentas cada una que se apaga
no les das importancia a las que brillan
y siguen sin parecerte suficiente

Por más años que pasaran,
seguirás coleccionando las muertas,
vivirás en su recuerdo
y seguirás a su reflejo sujeta

Arriba, izquierda, derecha, abajo...



    Cada compuerta se abre ante tus ojos, ninguna de ellas es lo suficientemente fuerte como para permanecer para siempre cerrada. Puertas y más puertas tapiadas para no ser abiertas jamás. Pocos candados... demasiado pocos... Cada puerta que se abre, cada compuerta, muestra un lugar más siniestro y húmedo que el anterior, humedad provocada por las lágrimas que quisiste derramar en su momento y no pudiste y que se concentraron en sitios cada vez más profundos.
    La oscuridad en la que estás ahora sumida te empuja a no seguir adelante, aunque obligada, tus más profundos miedos están a punto de salir y todas las pesadillas que un día enterraste se vuelven a mostrar como visiones ante tus ojos, haciendo el pasado más que presente y demostrando que la arena con que enterraste aquellas viejas heridas ahora escuece, y mucho además.
    Más profundo, casi no puedo ver nada, casi no puedo recordar nada, pero la sensación sigue ahí sin que pueda evadirla. Hoy intento escrutar en mis recuerdos y memorias para volver a echar la luz que hace tanto tiempo escapó de aquel infierno y poder borrar de esta forma de una vez y por todas los sentimientos y tormentos que invaden mi mente en su día a día.