lunes, 30 de abril de 2012

Becoming insane

Voy perdiendo.. perdiendo...

     El carrusel nunca ha dejado de girar. La interminable rueda de la fortuna sigue su curso apuntándome la mayoría de sus veces con su mala suerte y otras pocas con su parte buena. El ciclo no para de repetirse, de diferente forma, con diferentes matices, pero se puede reconocer como el mismo de siempre.
     Todo alrededor parece carecer de sentido o de importancia. El sonido ha roto el aire en dos a causa de su fuerza. Los truenos han iluminado el cielo y la lluvia ha seguido resbalando por mi rostro confundiéndose con mis lágrimas. Las gotas acarician mi cuerpo semidesnudo al amparo del frío de la noche, sintiendo como todo a mi alrededor da vueltas y más vueltas. 
      El susurro, el leve resonar de la lluvia golpeando el piso, el pequeño sonido que hace el aire al mover mi corto cabello. Los pies descalzos mojados por los charcos que ya se han formado en el suelo. La cabeza levantada con los ojos cerrados mientras con los labios susurro su nombre. Después la respiración se sosiega, se templa. No habrá nada más que temer.
    Rememorar los trazos de este camino y repasar las líneas que parecen estar deterioradas. Mi mente restaura todo aquello que no he podido apreciar en su momento, atesorándolo como si fuesen los mejores ratos de mi vida. Porque todo parece detenerse ante la aparición de éstos, dándoles la importancia que pueden merecer o no, pero haciendo su recuerdo inmortal.
     La última parte se la llevan mis costillas donde restallan mis latidos. Esos pequeños tambores irregulares que intentan acompasarse al ruído que provoca la lluvia sin éxito. Se aceleran, aminoran su ritmo, pero nunca pueden llegar a imitarlo. Ellos me recuerdan que sigo aquí, sintiendo, riendo, llorando, escribiendo. Viviendo al fin y al cabo. Son los únicos capaces de recordarme que no puedo desperdiciar esta oportunidad. Capaces de recordarme que no soy insensible y que nada de lo que ocurra podrá detenerme de nuevo.

La historia no se puede repetir.


sábado, 28 de abril de 2012

"Creí en las diferentes "realidades"."

    Saltó del bordillo y cruzó la carretera para proseguir con su carrera natural. Todos los días a las siete y media de la mañana se vestía con su ropa de deporte y se recorría diez o quince kilómetros, dependiendo de lo que le pidiese el cuerpo. Ese día era especial, pues era la primera vez que salía desde que tuvo aquel accidente. Su vida, su carrera y su pasión por poco se ven truncados gracias a aquel suceso.

"-¿Doctor, es seguro que la va a perder?
-Lo más seguro, la herida se ha infectado y me temo que no podemos hacer nada."

     Aquellas palabras, aunque estuviese semiconsciente, le golpearon en el lugar más profundo de su alma. Su mujer empezó a llorar y él sintió como un vacío le inundó todos los poros. Sus ojos se humedecieron,  pero no pudo soltar las lágrimas que se le acumulaban en la garganta.
     Pensaba en aquel momento mientras se encontraba con el cartero, igual que antes, y le saludaba con una amplia sonrisa. Sus zancadas eran largas y cansadas. Su resistencia estaba bastante mermada a causa de la falta de ejercicio. Pero no le preocupaba, pues pronto recuperaría sus aptitudes. Se dijo a sí mismo que no iba a desperdiciar esa segunda oportunidad.

"-Cariño creo que voy a someterme a esa operación.
-¿Estás loco? Está en fase de experimentación y corres el riesgo de morir.
-No importa si con ello puedo recuperar mi vida."

    Y era cierto que no le importaba. Su vida, su humor, su personalidad y su mente habían sido destrozados a causa de la pérdida de su pierna derecha. Desde pequeño le había encantado el atletismo y no podía creer que a sus prontos veintiocho años todo se fuese a perder.
    La operación a la que se había sometido no era más que una inserción de una pierna biótica conectada directamente a su sistema nervioso capaz de responder a las órdenes de su cerebro. Su mujer le había intentado convencer de que era demasiado peligroso, que podía perder el control sobre su otra pierna, sobre sus brazos o incluso de su corazón. Él estaba tan decidido que no le importaba.
   Ahora agradecía su valentía, aunque podía comprender la negatividad de su mujer. Casi le había perdido en el accidente y temía por que al final le perdiese del todo.

"-Sabes que te quiero igual con pierna o sin pierna, pero te quiero aquí."

    No la escuchó y al día siguiente ya había firmado los papeles que eludían de cualquier responsabilidad a los médicos que le interviniesen en la operación. Después de esperar durante tres semanas llegó la intervención y los meses de rehabilitación para acostumbrarse al movimiento de su nueva "pierna".
    Era el primer día que salía sin ayuda de nadie. El primer día que probaba las capacidades de aquel milagro tecnológico y la verdad era que los resultados no le estaban defraudando. Se detuvo cansado y miró su cuentakilómetros. Marcaba cuatro y medio, así que era momento de volver a casa. Seguro que cuando llegara a su casa su mujer estaría preparando el desayuno, esperándole preocupada. Pero no dejaría que le preguntase nada. Simplemente la besaría y luego se dirigiría a la ducha, como si fuese un día más.

Un simple y rutinario, aunque nuevo, día más.

viernes, 27 de abril de 2012

Say anithing

 Tell me that I'm a bad person, please.

Mi mirada se pierde
cuando de nuevo, para mi "suerte",
apareces, cerca, no a mi lado,
torturándome incluso con tus dientes.

Salir asustada, no comprender,
mirar atrás, no volver a verte
y temblar por lo que no es.

Mordiéndome el labio, recuerdo el suelo,
sudo, el calor, las nubes en el cielo,
maldigo, y las palabras que me condenaron.

Y ahora silencia mi voz
sabes que no tuve opción
cuando todo se vino abajo
y desafié a la realidad.

BREATHING

Siente como late...

Correr como si el mundo fuese a derrumbarse. Caerse en medio del camino tropezando con una minúscula piedra que no has visto. Continuar caminando con el único objetivo de perderte por los lugares que ya te han amparado antes. Ése era tu ritual, caminar por lugares que nadie transitaba mientras gritabas y golpeabas el aire que te rodeaba en muestra de furia. A veces te dejabas caer al suelo y empezabas a llorar, otras te limitibas a aumentar el volumen de los auriculares con la única intención de que éstos perforaran tus tímpanos. ¿Quién estaba en esos lugares para sujetarte? ¿Quién estaba esperando al otro lado de la carretera para abrazarte? Por supuesto que nadie. 

Miraste las cicatrices en tus rodillas y las heridas que te habías provocado esa noche. Siempre eran sencillas, sin mucha profundidad, pero escocían como si un millón de demonios te hubiesen insertado sus tridentes en los pulmones, como si se hubiesen extendido por todo tu cuerpo débil y falto de oxígeno.

Te detuviste un momento y volviste la mirada atrás. No había retorno, o al menos eso siempre decías. "Esta vez no volveré, acabaré con todo" 

Cobarde, nunca cumples con tus promesas. Pues lo único que haces es seguir caminando por la noche sin compañía alguna. Te bastas tú misma para echarte los sermones que tanto te mereces y que tanto se repiten en tus debates mentales. Éstos lugares te pertenecen, son tuyos en tu entera soledad y en tus infinitas voces y sabes que nadie puede molestarte allí. "Pero te vuelves siempre buscando que alguien, conocido o no, aparezca y te sujete".

Porque es eso, es como si la mismísima torre de Babel estuviese derrumbándose ante tus pies sin que puedas hacer algo por ayudar. La ira de un Dios rencoroso la ha destruído y tú ni siquiera has podido implorar a su piedad para que salvara aunque fuese tan solo un pedacito de ella. No, lo único que has conseguido es correr entre árboles, enloqueciendo con cada zancada, perdiendo la razón en cada paso, acabando con cada resquicio de cordura que queda en tu podrida mente. 

Y sigues corriendo hasta que te encuentras delante del mismo tronco. Aquel que te hipnotizó con su simpleza y con su tacto. Aquel que te permite subir por encima de él y posarte en una de las ramas que sujeta. Cierras los ojos y te maldices mil veces por repetirlo. Por no ser valiente, por no tener las agallas y tomar las decisiones acertadas. Por tener unos sentimientos traicioneros y una razón que nadie más verá para seguirles. Una razón que tan solo los locos, desquiciados, desesperados o cansados de la vida simplemente, son capaces de comprender.

La cuerda sigue en el mismo lugar, pero tú, de nuevo, no la has vuelto a usar. No eres capaz de seguir con tu destino. No eres siquiera capaz de reconocer que no tienes las agallas de cumplir tus ocultas intenciones.

¿A qué motivo se lo atribuimos?


jueves, 26 de abril de 2012

¿¡Cuándo terminará?!

Odio todas las oportunidades,
y odio cuando cierro los ojos.

Podrías partirme por la mitad
destripar y acabar con todo
escrutar y examinar con tus ojos.

Tienes acceso a todo mi historial
a toda la podredumbre de mi vida
a la imbecilidad de mis rimas.

¿Por qué espero otro disparo
u otra patada emocional?
¿Por qué aguardo 
a qué me abras en canal?

Porque solo bajo tu sombra
me siento completamente bien,
solo bajo tus críticas, bajo tus medias risas,
encuentro mi único sostén.

I cry, when angels decide to die

domingo, 22 de abril de 2012

Call to arms

El ardor corroe mis venas
y ata los extremos de esta vida
llena de falsedades, mentiras,
hechas para ocultar lo que me abyecta.

 El sol alza tu embrujo
y la luna lo secunda
mientras tus faldas apartan su negrura
y muestran aquello que me sedujo.

Aunque las mañanas sean tu fuerte
es en las noches cuando tu misterio aumenta
y me deja abandonada a mi más cruel suerte.

Y sé, que cada gesto o mirada cuentan,
que aunque mis palabras no puedan cobrar fuerza
las tuyas podrían causar incluso mi propia muerte.

Search and destroy






sábado, 21 de abril de 2012

Los días raros...

Todos los vicios o costumbres
se perfeccionan en los días raros
donde los caminos por los que andamos
son los más caros hasta la cumbre.

La mirada en el carbón
nos inundó con su belleza
y aunque lo vimos con franqueza
nunca reconocimos su color.

La pared se metió en medio
de una mirada sin ganas
mientras repasaba todas las marcas
de una habitación sin calor.

Los comienzos, siempre tedios,
nos encierran en sus despedidas
para olvidarnos de las mentiras
y descubrir el último adiós.

Aún quedan vicios por perfeccionar
y que destapar con la punta del zapato.
PD:Vivan los frikis =D

jueves, 19 de abril de 2012

Épsilon

Tu contorno suave y rojizo 
me arrebata el alma con cada resquicio
y me estremece con tus únicos sonidos.

Me haces daño cuando estoy cansada
me exiges más de mi misma
que me rompa hasta la crisma
para satisfacer lo que tu cuerpo reclama.

Pero de nuevo te recuesto en mis piernas,
quiero sentirte, que formes parte de mí,
que la melodía que salga de ti sea eterna.

Te golpeo sin piedad
y tú me respondes con rabia
gritándome con tu bella labia
que aún quieres más.

Mi querídisima Épsilon
eres mía, nunca olvides esto.

Zombie


He sentido la presión
la necesidad de ser
lejos del entender 
cerca de la emoción. 

La débil luz que sigue 
toda esta historia de tintes
de nubes grises y de límites

Apagará su brillo y olvidará
dejará todo esto atrás
no devolverá su vista más.

Todo tiene su destino 
su último adiós
su última sonrisa
que dejará para siempre tu recuerdo en mi interior.

No olvides dónde estoy nunca...

jueves, 12 de abril de 2012

Rueda, rueda, rueda, rueda, rueda, rueda, rueda, rueda, rueda, rueda, rueda,...


Bueno pues, creo que voy a dejar estos lares durante una temporadita. Empiezo a creer que la raza humana es más estúpida de lo que creía y lo que pueda llegar a publicar no sería demasiado agradable (peor aún que de costumbre, que ya es decir). Pero tranquilos, no tardaré en dar el coñazo de nuevo. ¡Felices pascuas y a pasarlo bien!

miércoles, 11 de abril de 2012

Mr. Brightside

Sentirse totalmente culpable
cuando tu sonrisa consume
y prendes con tu perfume
haciéndome más vulnerable.

Abres la caja de sueños
y dejas libre la devoción
el anhelo de mi corazón
cubierto de muros caleños.

Sobria mi merced
lo quiere de ti todo
perdiéndose por los recodos
que pertenecen a tu red.

Vendavales que azotaron tu cabello
sirvieron de guía para no perderte
aunque aún recuerdo aquel momento 
fugaz, distante, lejano, aún bello.


lunes, 9 de abril de 2012

Requiems

Nuevas y ridículas paredes
se disfrazan de algodón
muestran una solución
para atrapar tendiendo sus redes.

Mullen las confusiones
les encantan los requiems
adoran las funciones.

Esconden y aprietan su acusación
disfraza con alegres colores
nublando verdaderos olores
que protagonizan esta actuación.

Muerden, dañan, arrasan, destrozan,
No respetan nada, no sienten nada,
Porque poco a poco ni siquiera razonan.

The only way

viernes, 6 de abril de 2012

Simply

Cuando sentía las gotas bajar por su rostro era como si el mundo entero se detuviera. Cómo si esa pequeña tormenta que descargaba su furia sobre su cabeza limpiara todo cuanto se interponía a su paso, reconfortando la marea de pensamientos aposentada en su cabeza y transmitiéndole algo parecido a la paz. No le hacía falta mirar a ningún lado, no le hacía falta abrir los ojos, ese instante no se lo iba a robar nadie. Era suyo en toda su simplicidad. Nadie debía interferir ni nada debía distraerla. Solo la lluvia que prácticamente la había empapado por entero era la dueña y señora de ese momento. Nadie más.

domingo, 1 de abril de 2012

Miss



Quién iba a decirte que el sueño no llega
que las noches son mejores en vela
y que los caminos a ciegas
son el paisaje para todas tus metas.

Arrasaste todo sin darte cuenta,
convertiste el desierto en Siberia,
y ahora ríes por lo que realmente era
y nunca dejaste ser.

Tu vestido no llegaba al suelo,
la ceniza era el resto
de un cigarro suelto
que tú nunca encendiste.

La llama nunca creyó quien eras
y aún ahora temes que esté despierta
para recordarte aquella noche vieja
donde cambiaste tus viejos propósitos y todo lo entendiste.

Tal vez inhalaste demasiado humo, mi vida.


Carreteras

Perder el control...


Se continuaba repasando el pelo como le había enseñado su madre. Las manos acariciaban su cabello una vez arreglado y acababan de repasar que todo estuviese en su lugar. Salía de casa cogiendo su bolso preparado desde la noche anterior para no tener que entretenerse por la mañana. Antes de salir por la puerta, se detenía en el espejo de la entrada y comprobaba que llevase del lado derecho la camisa y que no le faltase nada, olía sus axilas y recogía las llaves de su coche. Al final, una simple mirada para despedirse de su casa hasta la tarde y un portazo que acababa despertando siempre al vecino de al lado.

Abrir la puerta con el mando de las llaves y arrancar el coche en dirección a su rutina diaria. Una oficina tranquila, sin más movimiento que el intercambio de datos, el fluir de las cuentas calculadas o el ir y venir de nuevos clientes. Llevaba su coche raudo y veloz por las carreteras de las afueras de Valencia. Ese día era diferente, lo había visto en su mirada delante del espejo antes de irse de casa. Lo había notado en su último sueño y cuando se había duchado, sintiendo cada gota que recorría su cuerpo desnudo en perfecta armonía con ella misma.

Conducía con la radio bajo mínimos y eso la enfureció. Mientras era retenida por un semáforo en rojo, escarbó en uno de los cajones de debajo de su asiento y encontró un viejo CD de música, uno de los que escuchaba hacía años. Lo metió en el reproductor y le subió el volumen hasta casi molestarle. Luego empezó a reír y arrancó al ver la luz en verde. Bajó la ventanilla y apagó el aire acondicionado frío. El viento desordenó sus cabellos pero esta vez no le importó, solo confirió un grito de alegría y apretó un poco más el acelerador hasta que la varilla de velocidad estaba al límite permitido.

El estéreo del coche seguía reproduciendo en los altavoces las canciones que antaño le inspiraban fuerza. Al borde de una rotonda encendió un cigarrillo y continuó el corto camino que quedaba hasta su trabajo de la misma forma. Con el pelo deshecho, las gafas por encima de él, oliendo a humo y echando por los poros un bienestar que hacía siglos que no sentía.

Una vez delante de las oficinas, lejos de dejar esa vieja música en el recuerdo, la copió en cero coma en su reproductor de música portátil. Luego la hizo estallar en sus oídos con unos auriculares de color blanco amarillento a causa de su desuso. Se detuvo delante de la puerta principal y observó por los cristales a todos sus compañeros que ya habían llegado. Tan formales, tan correctos. Y ella no era diferente, en teoría. Pero un día se presenta la oportunidad o las condiciones, se presenta el humor o simplemente las ganas, vuelven los viejos sueños y la antigua imaginación.

Cerró los ojos y dio las gracias.

...Y sonreír mientras caminas, correr sin tener
ninguna prisa, esperar imaginando tus sueños 
y dar gracias por simplemente existir.


Pero ya sabes, que éste/a eres tú ¿no?