lunes, 25 de julio de 2011

Belle... La palabra se inventó para su piel...


Tendría en mis manos el mundo entero
pero solo pensaría en el lamento
de soñar a escondidas cual criminal
la carne del ave que jamás pude probar.

En sus ojos la oscuridad es clara
pero los días se vuelven confusos,
mientras su cabello el vuelo levanta
y baila a la luz de mis deseos oscuros.

No sirve de nada intentar escapar,
el embrujo que cubre su tez
mientras sigas vivo a cualquier lugar
te persigue nublando tu ver.

Las curvas a la perdición
son su dominio más cruel,
aceleran el corazón
y encienden hasta la más cruda piel.

Condenado quien la ve,
sacada de los mismísimos avernos,
no sirve de nada llorar,
porque no hay remedio para esta enfermedad.

Oh flor de lis, yo no soy hombre de fe, y tomaré la flor de amor de Esmeralda...

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