viernes, 4 de noviembre de 2011

Después de todo...

Como una emoción que estalla
y se estrella contra el firmamento
dibujando las últimas palabras.

Una sensación de no control
una esperanza nula de cualquier solución
una maldita promesa que no se cumplió.

Los nervios en mi piel
de nuevo, mostrándome otra vez
como la que quería esconder
una falsa mentirosa que no logró ser cruel.

Al final de esto, mi vida,
no hay mucho más que decir,
porque sé que tú nunca volverás,
no, nunca volverás a ser la misma.

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