sábado, 3 de diciembre de 2011

Seguirás riendo Alicia, persiguiendo un maldito conejo...

¿Dónde estabas? ¿Por Dónde andabas?
Te perdías, lejos, distante,
salías sin percatarte
y jugabas, siempre jugabas mi vida.

Con gracia, maldita sutileza,
me atrapa, me embelesa,
me convierte en algo diferente
algo irreconocible...

Me siento, ella también,
me detengo, al menos esta vez,
la cojo, la beso,
por una vez se deja atrapar por mis dedos.

La miro, ya no sonríe,
la quiero, ella no,
la aprecio, ella nunca lo hace,
y sin embargo la deseo igual o peor que a este maldito arte.

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