domingo, 22 de enero de 2012

Descontento social.

    Ayer, tuve la suerte de presenciar algo que creía que no vería en la vida en este maldito país "conformista", unas 100.000 llegaron a Valencia con la intención de mostrar su descontento delante de los recortes sociales. A pesar de que me quedé poco tiempo allí (unas 3 horas desde que empezó a llegar gente) pude comprobar que al fin empezamos a movernos, cosa que deberíamos haber hecho desde los inicios de la crisis.
    La situación fue la siguiente: 4:00 PM, estamos en la estación sentados y esperando a que sea la hora de ir a la manifestación. De repente llega un tren (No sé si fue el de Castellón o el de la Alcudia de Crespins) y de su interior sale gente con la camiseta de "Per un ensenyament públic" y con pancartas. Miramos sorprendidos "Ya están llegando". Desde ese tren, los siguientes que le precedieron estuvieron aun más repletos de gente, dejando incluso estaciones por cubrir porque no cabían más. Una auténtica locura aquello, ver cada 15 minutos como llegaba otro cargamento de descontento dispuesto a hacerse escuchar por una vez.
    A eso de las 5:00 PM salimos fuera y, para nuestra sorpresa, nos encontramos con nuestros profesores que también habían quedado con reunirse allí (y aprovecho para deciros que la próxima pancarta que hagais sea un poquito más agresiva, que no vamos ha ofender a nadie.). Sigue brotando gente por todos los lados, personas que conoces y que no esperas ver allí. Un saludo, las mismas palabras de "Corruptos, se creen que pueden abusar de nosotros" y la despedida.
   6:00 PM, la gente empieza a moverse y a desfilar por la calle Colón, creando un río de gente que mareaba incluso verlo. "¡Un hueco, meteos ahí!" Y todos dentro de la marea que parecía no tener fin. Pasos lentos, cada vez más apretujados, más gente por lo tanto. Mismas conversaciones en todos los lados y la misma pregunta en la cabeza de todos "¿Servirá?".
   Llega el momento de marcharnos, nos despedimos y volvemos a la estación, no sin antes detenernos fuera del gentío y observar con gran satisfacción la cantidad de gente que continuaba llegando a ese desfile interminable.
    Añadir, muchos dicen lo típico de "Para que manifestarse, si no nos van a hacer caso". Tal vez no nos escuchen, pero el "no" ya lo tienes chico, así que por intentarlo no te van a tachar de revolucionario ni nada de eso. Es más, estarás mostrando que realmente te importa lo que sucede a tu alrededor y que te preocupa tu futuro y el del resto de generaciones que nos seguirán.

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