viernes, 3 de febrero de 2012

Odiar, sentir, emoción...

¡¿De qué sirve!?
Si alguna vez has llorado sé que no ha sido por mi amor.


Las palabras que componen mi piel
y la tinta que recorre mis venas
hecha trizas, nunca bien escrita,
solo llenan el papel con estas manchas negras
y con el sueño de lo que nunca alcanzaré.

Demostrarme tal y como soy,
no esconder nada de mí,
entender de nuevo mi yo
al que intento esconder de ti.

No me preguntaste que busco
pero respondí nada,
no me preguntaste que siento
pero respondí todo.

Los sueños en una mano
y en la otra una maltrecha espada
de mi rabia y frustración forjada
dispuesta a terminar con todo aquello que aún nos ata. 

Tú de pie, yo sentada,
te lo esperabas, lo veías a través de mis ganas,
yo desesperada, aferrada a una efímera esperanza,
el sol escondido entre nubes callaba
y yo implorando al cielo para que no me escucharas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario