Ella, detrás de la ventana
Sentada, siempre la observaba,
sin haber nada en su rutina
que pudiese cambiar su vida.
El secreto tras la persiana
perdido dentro de sus recuerdos
entre sus descaros, sin remedio,
no hacía falta, pues estaba hecho.
perdido dentro de sus recuerdos
entre sus descaros, sin remedio,
no hacía falta, pues estaba hecho.
Se escondía, nunca se mostraba
repetía las mismas frases
hasta el final de la madrugada
repetía las mismas frases
hasta el final de la madrugada
Siempre reescribía su historia
jugando con sus agrias memorias
aunque sentada, siempre, tras la misma terraza.
jugando con sus agrias memorias
aunque sentada, siempre, tras la misma terraza.
Tendría que ir corriendo hasta tu casa y darte un beso, tendrías
que mirarme y saber que es lo que siento...
Pero no sé ir.
Aun pudiendo haber podido
ResponderEliminardar color a tus canciones
no pudiendo haber cogido
una pizca de sentido
a tales lamentaciones.
El color de tus lamentos
son matices de sus actos,
tan oscuros tus tormentos
más que vivos están muertos
más que muertos putrefactos.
Más no pudiéndote entender
empatizo a la perfección,
gracias a ti he podido ver
en lo profundo de mi ser,
vislumbrar mi creación,
mi propia y única canción
el toque amargo de la miel.
Pues permíteme enclarecer
y hablarle claro a su merced:
-Me has ayudado más de lo que crees, te lo debo agradecer-
Se acerca ya ese día
que pronto has de conciliar
tu compañía con la mía
más LO MEJOR ESTÁ POR CONOCER.
Quizás nunca ¿cómo has de saber?
Como dijo "ELLA" ya en su día,
describiéndolo muy bien,
tres palabras lo recitan:
-NEVER KNOWS BEST-
No permitais que mi melodía
Eliminarle infecte como lo estoy yo
pues las cosas siguen a peor
¿Y qué puedo hacer más que reirme?
Creedme, no solo trata de amor.
Mi dolor nunca puede estar muerto
emergiendo de sus cenizas
como Fenix siempre reaviva,
y sepa que no hay peor tormento
no podríais creer, y ésto es cierto,
lo que acontece entre mis días.
No hay más razón, ni existe ni hay más,
e intento detener el tiempo
consiguiéndolo por momentos,
buscando en la piel de Satanás
la cura para mi realidad.
Perdida, sin poder encontrarme
dentro de lo que me estremece
escapando todas las veces
que las horas, siempre tan tarde,
consiguen rimas regalarme
lejos de mi corrompida mente.
Pero no os engañeis, soy quien quiero,
no me avergüenzo de lo que he hecho
ni de quien en realidad soy,
no escondo, no juego, no miento,
aunque disfrazado lo cuento,
jugando con todas mis rimas
que son el bote salvavidas
que canaliza mi emoción.
Por último, no hay facilidades,
¿Tal vez sea ella? ¿Puede ser él?
¿Quién sabe? Tan solo usted
yo ruedo entre posibilidades
debanándose esta merced
los sesos por saber quién es.