miércoles, 22 de agosto de 2012

Ne ver, ne boysia, ne prosi,...



Sumida dentro de avernos
en las profunidades de un cielo
que jamás podré obtener.

El dibujo de su tez
el dominio, la mente, el pensamiento
que siempre me hace perder.

Y tan siquiera le da horas
ella, siempre tan ajena,
 tan lejos, siempre tan cerca,
 y ni siquiera le importa.

Y aún así me desespero
a pesar de quedar poco tiempo
deseo sin quererlo tenerlo,
dios, que sea solo un sueño.

No creas, no temas, no preguntes.

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