lunes, 8 de octubre de 2012

¿Consecuencias o causas?

Si el pasado son las causas y el futuro
las consecuencias. ¿Qué eres presente?

     Él la miraba expectante mientras repiqueteaba contra el suelo mostrándose impaciente ante la actitud de ella. Le enfurecía la soberbia con la que actuaba y sus medias verdades que jamás dejaban claro lo que quería decir. Sus ojos parecían siempre divertidos, cómplices de alguna macabra broma, mientras sus labios esbozaban esa media sonrisa que le sacaba de quicio.

-¿Y qué más podría decirte, querido?
-Poco, la verdad, porque pareces morir y nacer a cada instante.
-Ese es mi teórico destino.
-Tanto cambias que al final dudo que existas.
-Te quiero.
-Ya estamos. ¿Quieres tomarme en serio por una vez?
-¿Si no soy lo mismo siempre, para qué iba a hacerlo?

     Él puso los ojos en blanco en señal de exasperación mientras ella soltaba una risotada chillona.

-Te lo tomas todo al pie de la letra.
-¿Vas a llamarme melodramática?
-No, imbécil mejor.
-Sigo cambiando...

    De nuevo la mujer empezó a reír frente al rostro desesperado de su contrincante. 

-Pero tu esencia siempre es la misma.
-¿Entonces, hombre, por qué dices que no existo?
-Porque tus propósitos son efímeros.
-¿Y qué?
-No puedo depender de ti.
-Hablas como si se tratara de una condena. 

     El hombre empezó a llorar y ella le miró sorprendida. No esperaba que se lo tomara tan a pecho y no pudo evitar abrazarle. Un cosquilleo invadió sus entrañas al sentenciar su destino.

-Te darás cuenta, mi vida, que eres el resultado de lo que yo haga. Da igual de que forma lo enfoques, todas tus acciones emanan de mí. Yo soy la única libre de nosotros y de mí solo depende nuestro destino. Y harías bien en no olvidarlo.


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