miércoles, 3 de abril de 2013

Only the strongest...

I can't hear you!

         Hubo un sonido que rompió el aire aquella noche. Algo se quebró e hizo trizas la mirada de alguien. Un fotograma se volvió más importante que toda una vida transcurrida.

Siempre le gustaron las piezas rotas
o los sonidos de complejos sin sentido
que tornan en cristal lo prohibido
por el que pasan manos enfermas.

Las náuseas se quedan en la garganta
y se dejaron las piezas dispuestas
para resumir la vida en una simple meta
que se queda en un sueño de mañana.

La almohada te levanta sola
y las palabras se atascan en el estómago
sin dejar que el juego siga en el esófago.

La última confesión, el suspiro en un sarcófago
levantó el cuerpo dispuesto para la última gota
de un perfume que jamás iba a oler.


Morning sickness...

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