miércoles, 1 de mayo de 2013

I miss the misery...

Cuánto la extrañaba...



Tan extraña se presenta, tan terrible,
invierte los papeles, hace que lo poco entendible
se vuelva simple polvo de ceniza.

Las noches queman cualquier garganta
desgarrada, hambrienta de su droga amarga
dispuesta a borrar aquel rastro de tiza.

Increíble, tan incierta su extraña belleza,
no detendría a nada, no sería motivo de nada,
y sin embargo consigue arrancarme del alma
palabras que sólo recuerdan a una repetida miseria.

No me di cuenta que eso era lo peor,
poco a poco, como si no tuviera corazón,
se adueñó de mí esa misma histeria
que cerró de golpe la posibilidad de mantener alguna vez 
el jodido control.


El aire se atasca en el peor lugar
y sin embargo los pensamientos siguen
pero todo en tu cabeza parece rendirse
a la ínfima y mísera posibilidad...

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