Sueños peligrosos
y deseos que se esconden
en una mente que desconoce
el límite de su propio foso.
Al alba se desprenden
rompiendo el propio respirar
de una emoción que no tiene par
ni rival en su propia mente.
Sin resguardo, solo con autocompasión
se divide el odio y el rencor
para protegerse del propio cielo.
Vencida, sin más credos
sigue agarrándose al intento
dejando, como siempre, a un lado la emoción.
¿Hasta qué punto se ha llevado algo
para que pese tanto?
¿Hasta dónde ha llegado
para que no pueda dejarse de lado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario