sábado, 5 de abril de 2014

Entre otras...

Porque, entre otras, si tuviese que ir, me iría contigo.


            Hace tiempo: parece mentira. Sabes a la perfección que no sé escribir sobre cosas felices, sobre historias que acaban bien o, al menos, normal. Van a ser cuatro, y no me lo creo. ¿Cómo has podido aguantar a alguien como yo durante todo este tiempo? Sin duda porque llevas una venda en los ojos -¡No te la quites!-. 
              Aunque, pensándolo bien, sí, quítatela. Tus ojos, esos ojos que engullen, escudriñan y descifran hasta el más recóndito secreto de cualquiera, no son para estar ocultos, como


Horizonte, inerte y yermo
sobre una superficie de recuerdos
 tercos de dejar la piel:

Una caricia, un abrazo de ayer,
todo lo que sabemos y vemos
pero silenciado por tus dedos.

Me siento hambrienta
de sangre, ceniza y alegorías,
de una espalda provista de heridas,
de tu boca y de tus piernas. 

De tus palabras, de tu fin
y de las manos poco hechas a las mías;
hambrienta, de un sueño que toco cada noche
y que siempre, siempre, siempre, me conduce
a ti.

"Hay corazones llenos de agujeros"
Llenos de tanto odio, de tanto rencor
de dolor y de llantos espesos
capaces de redimirse, tan solo, por tus besos.
PD: Lo sé, me sale todo cursi. -.-






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