domingo, 4 de octubre de 2015


Conté hasta tres para escapar,
busqué la estela hasta un altar,
vi discutir al yin y al yang
apuñalarse por detrás
y oí gemir y vi llorar
como las fieras sin domar
y justo allí dormías tú...

PD: Sin confesarte el modo
de ser testigo en tu festín.

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