sábado, 23 de enero de 2016

¡Que vienen los rojos!

Nota: En el presente post se habla de política y, además, me ha salido largo de narices; no me esperaba que fuese así. A aquel que tenga valor para leerlo, espero que, sea del partido que sea, no se sienta ofendido; no es mi intención.

     Desde las pasadas elecciones el panorama político está que hierve, ya que, por primera vez en la historia de nuestra corta democracia, no hay un gobierno de mayoría ni de coalición "lógica" capaz de conseguir la mayoría absoluta. Por ello, desde que han empezado los debates sobre las negociaciones, los pactos y demás cuentos chinos, llevo leyendo y escuchando, a partes iguales, la misma opinión respecto al "posible" (y casi utópico) pacto entre el PSOE y PODEMOS (e IU, por cierto, más el resto de formaciones que serían necesarias para lograr la investidura con la mayoría absoluta): "miedo me da un gobierno podemita", "sería un gobierno legal, pero no legítimo", "preparaos para la falta de libertad y la inestabilidad en España", "preparaos para los soviets y los gulags", "España, la nueva Unión Soviética", etc., etc., etc.

       Antes de proseguir me gustaría dejar clara una cosa a todo aquel que quiera y se atreva a leerme: no soy podemita y es algo que TODOS sabéis. Me declaro a favor de una izquierda bastante más radical que la que el partido de Pablo Iglesias propone (haced vuestras propias conclusiones sobre qué partido debo votar). Partiendo de esto, procederé a exponer una realidad que todos vemos pero que, parece ser, no muchos quieren aceptar.

        Si tenemos en cuenta ese miedo que todo el mundo tiene ante este partido nuevo, financiado  por lo que parece ser por Venezuela, Irán y ETA (que, por supuesto, sería ilegal de ser verdad); la respuesta parece ser clara: este país se va a convertir, si llega PODEMOS al poder, en poco menos que una base comunista-terrorista pro-etarra e islámica. Por mí, que les detengan ahora mismo, antes de que nos envíen a todos a campos de trabajo, a la guerra o a construir campos de concentración.

       Hasta aquí, todo claro; pero volvamos un momento a nuestra realidad: de momento, ninguna de estas cosas ha sido confirmada y la "supuesta financiación" de Irán recibida ni siquiera sería hacia el propio partido, sino a la compañía de producción encargada de la Tuerka donde está Pablo Iglesias (dinero, por cierto, declarado a Hacienda; que sí somos todos). Tampoco la de Venezuela que, siendo verdad que el señor secretario general asesoró al gobierno y eso, no podemos por menos dejarlo de lado (asesorar, ojo; y aún no se sabe qué hizo exactamente). Luego lo de ETA, cierto es que yo también vi un vídeo de hace la tira donde Pablo Iglesias, si no recuerdo mal, pedía la liberación de un preso terrorista (repito: no lo recuerdo bien). Pero desde entonces, salvo el intento de ahora de decir que viajaban en el mismo avión hace unos meses dirigentes de PODEMOS, CUP y etarras rumbo a Venezuela (la hostia, la verdad), nada de nada. 

      Ahora, teniendo claro los pecados de nuestros queridos destructores de la democracia, vamos a hacer repaso de los que les acusan. Empecemos por la nueva formación que se declara de "centro-izquierda", CIUDADANOS: se trata de una formación de Cataluña, como muchos sabréis, que siempre ha estado militando desde la derecha (de hecho, si no recuerdo mal, en las europeas de hace 8 años se aliaron con la extrema derecha) y que de repente se hacen pasar por "centro". Ellos que se alíen con quien quieran, ¿No? Al fin y al cabo lo que cuenta es su programa. De acuerdo, admito que su propuesta de la reforma de la ley electoral es total y absolutamente necesaria en nuestro país; y que su lucha contra la corrupción (que por cierto, les han saltado algún caso que otro esporádico que han sabido atajar mucho mejor que cierta formación de la que luego hablaremos) parece ser que les honra. Veamos ahora sus medidas para "salvar" el país: contrato único (indefinido, es decir, mayor libertad de despido cuando me dé la gana sin derechos los primeros meses), mayor autonomía escuelas (qué bonito que suena), sanidad universal (cuando han sido los primeros en votar a favor del copago en Cataluña),... La confianza es, pues, nula. 
      
     Sigamos con uno de los implicados en ese posible "pacto destructivo para España": el PSOE, el mítico partido político fundado a finales del XIX por un tal Pablo Iglesias (¿Lo que son las coincidencias, ah? Ya se les veía el plumero) que luchaba en aquel momento, realmente, desde la izquierda. Y digo realmente porque, desde las legislaturas de Felipe González, en la que en principio salía con su chaqueta de CC.OO., defendiendo una España en la que hubiese política social y de izquierdas; acabó haciéndonos partícipes de la OTAN y privatizando parte de las empresas públicas abriendo la veda a nuestros siguientes protagonistas (gracias majete); hasta el señor Zapatero, quien, abrumado por una situación que le superó de todas todas, acabó traicionando a esa sociedad que le dio sus dos legislaturas y dándole dinero a los señores banqueros (gracias a ti también, cielo). Además, de los casos de los ERE en Andalucía, que son ya la repanocha. Confianza, lo que se dice confianza, poca.

     Y ahora, con todos ustedes, mi favorito: el grandioso y maravilloso PP; símbolo de la derecha, de la unidad de España y de la estabilidad económica, el partido de los trabajadores, de los pobres, de la educación, de la sanidad,... Vale ya, me paro. Un partido que casi casi me atrevería a afirmar que abarca más casos de corrupción que los que en Europa se dan. Y es que, tiempo después de que hayan dejado de gobernar en algunas comunidades siguen destapándose casos y casos en los que se ven implicados. Si solo tenemos en cuenta esto o una de dos: o, al igual que PODEMOS (demostrándose su culpabilidad), el PP debería afrontar su responsabilidad y disolverse de una maldita vez; o debería callarse la boca con lo de Venezuela, Irán y ETA. Sois los responsables de todas esas estafas, más todos los recortes en sanidad, educación, de promulgar la ley de seguridad ciudadana, de la LOMCE, de la reforma laboral, de privatizar hospitales y escuelas pagados con dinero público; y aún tenéis la desfachatez de dirigiros a España con "somos el partido de los trabajadores". ¿No os cae la cara de vergüenza? ¿No os parece que ya os habéis reído bastante de nosotros? Creo que vuestros actos hablan por vosotros mismos y que, a 2016, el paro siga igual o peor que en 2011 (hay menos afiliados a la Seguridad Social, por cierto) hacen evidente que ni siquiera lo que se os da mejor (la cuestión económica de un país, teóricamente) habéis podido atajar. Sobran las palabras.

      Después de todo esto, creo que mi opinión es clara: ¿Tenéis miedo de PODEMOS y de los partidos de corte más izquierdista, después de que se haya demostrado que en las comunidades donde hay ciudades y gobiernos por ellos no solo han invertido más en cuestión social, sino que han quitado parte de la deuda que parecía "imposible" de afrontar? ¿Y no tenéis miedo de todos esos partidos que dicen representar la "estabilidad" del país, cuando lo único que han conseguido es generar, con sus apoyos o decisiones, más desigualdad? Seguid pensando que PODEMOS es terrorista y que la solución pasa por los mismos de siempre. Seguid dándoles el poder para tapar sus desfalcos, su incompetencia (o extrema competencia para sus asuntos) y que sigan diciendo que el resto quiere quebrar la unidad de España. Seguid así y veremos dónde estamos todos dentro de 20 años (con otro milagro económico como el de la burbuja inmobiliaria, fijo, para volver a caer estrepitosamente en una crisis; y volver a levantarnos con otro milagro, y...).  

Salud y República.

PD: Reconozco que la prepotencia de Iglesias debería rebajarse y que no es el camino para lograr pactos. 
PD2: He dejado de lado lo de la famosa "ley d'Hont" y el pacto que hay sobre el coste de escaños para cada partido porque esto se me podría hacer eterno. Otra vez será.

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