domingo, 15 de mayo de 2016

Cuidaos


Hoy es el día:
punto y final
absurdeces.

Hoy es el día
en el que el libro
termina.
En el que
el epílogo
concluye sin
ruido.

Hoy es el día
en el que me veo
sin poder verme
como me veía
antes.

Hoy es el día
en el que cada verso
sigue recordándome
aquella maldita
(bendita)
sonrisa.

Hoy es el día
en el que lo que escribo
solo sabe
repetir
lo que repito
siempre.

Hoy es el día
en el que sigo
queriéndote a ratos
y odiándote en otros.
*******,
hoy es el día
en el que me atrevo, 
me atrevo, me atrevo
(y no lo vuelvo a hacer)
a
pronunciarte
(temblando, como siempre).

Me abro de carnes
exhalando
cada mota de
aliento:
la escarcha
del acoso y derribo.

'Quién lo probó'
sigue sin saberlo;
y no volverán
ni oscuras golondrinas
ni pitufos
(el tedio, la esperanza
se convierte en "cendra")

Ritualizando
hasta el extremo
el último compás de
absurdo:
hasta el fondo,
sin miramientos;
hoy es el día
en el que
sin alas
lo intento
(al camino, otra vez).

Ícaro;
desde las cenizas de
mi vuelo
hasta el origen del
colapso del mundo:
Un muro infranqueable
que hoy, siendo el día,
pongo entre las dos.

Este lugar es la última posibilidad 
que me queda
de que me escuches:
Hasta que el sol salga por poniente 
y se ponga por oriente,
no quiero volver a verte, no lo soportaría.
Cuidaos.

   A todos los que me leen de seguido y a los que no también: hoy se acaba una etapa, un libro, una ficción con tintes de realismo suicida. Y esperemos que lo que venga solo sea algo nuevo que merezca tanto la pena como lo ha merecido esta historia, aunque ahora me cueste verlo. El blog queda en preventivo "stand by" hasta que consiga aclararme y saber cómo continuar este camino.

 Un año menos que dolerse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario