miércoles, 16 de noviembre de 2011

Lo llamaban valle de lágrimas...

Sentir como la música se funde en tus oídos creando un cóctel con las emociones rezagadas del día que acaba de transcurrir. Notar como cada fibra de tu piel se incorpora al vals de notas que resuenan en tus tímpanos creando una envoltura que te aleja del mundo exterior. Ver como las gotas caen suavemente por el borde de tus mejillas i estallar en un grito desgarrador liberando todo lo que habías reprimido durante las horas anteriores. Sentirte impotente frente unos sentimientos de escándalo que si se descubrieran serían apedreados y sepultados en un mar de réplicas y reproches. Y ahora... ¿Quién es dueño de lo que siente? ¿Quién puede controlar las reacciones químicas y los impulsos nerviosos que nos hacen creer en ese sentimiento llamado amor al que tanto alabo muy a mi pesar?

La emoción, la flecha incrustada
en el corazón y garganta
no deja decir nada coherente.

Río y no lloro
aunque reclamo lágrimas
que ya no me pertenecen.

Distraigo, oculto y escondo
frases falsas hechas pedazos,
disfrazando en tu rostro helado
todo cuanto pude mostrarte.

No gimo ni sollozo
no ruego ni imploro,
cansada, ni siquiera me camuflo ya
no te puedo pedir nada más.





It's simply dear...

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