martes, 31 de julio de 2012

El problema


Creo que dijiste que hay veces
que no hace falta rimar
siempre que fuese evidente
lo que se trataba expresar.

Tal vez pueda ser. ¿Quién lo sabe?
llega a ser tan dulce y amargo,
pues lo que se creía olvidado
ha vuelto para ser quien me salve.

¿Y qué es? ¿Puedo ver su rostro?
Ni tan siquiera tengo éso,
ni de su sonrisa el reflejo
¿Qué me queda? Solo el recuerdo de sus ojos.

Sigue habiendo verbos al final
repitiendo lo que siempre creí:
eres el único problema en mi pensar
que consigue hacerme olvidar mis pesadillas antes de dormir.


Tan lejos, y en mi mente siempre tan cerca.
Tranquila, sé que no importa.

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